He sido un buscador incansable desde adolescente. Trabajé duro duro en la empresa de la familia desde los quince años. En el año 90 llegué al centro de Osho, en La India, donde se me abrió un mundo nuevo. Desde entonces la meditación ha formado parte de mi vida.
Me puse manos a la obra para vivir la vida como una aventura y disfrutarla abierto al mundo, pero tenía una empresa que dirigir. Me iba escapando a la India y haciendo cursos de crecimiento personal de todo tipo. Fui a Inglaterra un año y medio hasta que tuve que volver ya que la empresa me necesitaba.
La hice crecer, más rentable y la organicé de forma que otra persona pudiera gestionarla. Finalmente la vendí en el 2000. ¡Me había liberado!
Ahora podía hacer lo que quisiera sin límites. Viajé, viví fiestas inolvidables, conocí a mucha gente, y me di cuenta, ahora sin un objetivo que conseguir, que no era más feliz que antes.
Hace 2 años me interesé por el coaching. Desde entonces he estado continuamente haciendo cursos y actividades relacionadas. He entendido que no soy alguien ya hecho y dado, sino que soy responsable de crearme de la manera que yo quiero en cada momento.
Entender esta responsabilidad hace que en este momento esté totalmente entregado en ofrecerme al mundo, y participar en su continua creación, en lugar de criticarlo o menospreciarme, y este compromiso es proporcional al de mi contínuo aprendizaje.
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